La vitamina D como un factor protector para el desarrollo de enfermedades autoinmunes

Fuente: Medscape

espanol.medscape.com

Comité de Comunicaciones

Asociación de Usuarios Sanitas

Dr. F. Javier Merayo Chalico

9 de marzo de 2022

El uso de suplementos de vitamina D es un factor protector para el desarrollo de enfermedades autoinmunes en pacientes mayores de 50 años, según un nuevo análisis del estudio VITAL.

La vitamina D ha recibido un interés científico importante desde hace varios años. Se pueden encontrar múltiples publicaciones que analizan su efecto en una amplia diversidad de enfermedades, desde estudios sobre su impacto en la salud ósea hasta reportes de su uso como adyuvante en la infección por SARS-CoV-2. Una de las publicaciones más importantes en el estudio de la vitamina D y su potencial efecto protector a nivel cardiovascular y antineoplásico fue el estudio VITAL.[2]

En este estudio se reclutaron 25.871 adultos mayores de 50 años sin deficiencia de vitamina D y se les aleatorizó para recibir suplementación con vitamina D y ácidos grasos omega-3 (n = 12.927) o placebo (n = 12.944). Los pacientes tuvieron una media de seguimiento de 5 años. Originalmente el estudio concluyó que no existían diferencias significativas en la incidencia de neoplasias, eventos vasculares ni fallecimiento, reforzando las recomendaciones existentes de no suplementar vitamina D para la prevención primaria de estas enfermedades.

Sin embargo, debido a la gran oportunidad que este estudio presentaba para otros desenlaces, más de 20 estudios auxiliares se han desprendido de VITAL. Uno de estos tenía como finalidad determinar si la vitamina D disminuye la incidencia de enfermedades autoinmunes.

Para documentar este desenlace se realizaron cuestionarios donde se interrogó a los pacientes sobre un nuevo diagnóstico de enfermedades autoinmunes (incluyendo artritis reumatoide, polimialgia reumática, enfermedades tiroideas, etc.), el cual posteriormente fue confirmado por dos médicos cegados con acceso a los registros clínicos del paciente.

Los autores reportaron que 123 participantes en el grupo tratado con vitamina D desarrollaron una enfermedad autoinmune, en comparación con 155 en el grupo placebo (HRa: 0,78; IC 95%: 0,61 a 0,99). Al excluir los primeros dos años del seguimiento, anticipando un periodo de latencia para que el tratamiento tenga efecto, se encontraron 54 casos confirmados de enfermedades autoinmunes en el grupo de tratamiento contra 87 en el grupo placebo (CRA: 0,61; IC 95%: 0,43 a 0,86).

En los análisis individuales de las distintas enfermedades autoinmunes no se encontró alguna diferencia estadísticamente significativa entre los grupos con tratamiento, en comparación con el placebo.

En la publicación los autores concluyeron que el grupo tratado con vitamina D tuvo 39% menos casos de enfermedades autoinmunes confirmadas, en comparación con el grupo placebo (p = 0,0005). Asimismo, mencionaron que la suplementación con vitamina D es bien tolerada, no tóxica y que parece ser el único tratamiento con evidencia de reducir la incidencia de enfermedades autoinmunes.

Los resultados de este estudio concuerdan con lo reportado previamente en la literatura sobre los efectos celulares de la vitamina D, donde se han demostrado efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores con modelos animales e in vitro. Sin embargo, hasta el momento la experiencia clínica no ha arrojado resultados contundentes sobre la utilidad clínica de la vitamina D, posiblemente por el tamaño del efecto que pudiera tener.

 

Puntos clínicos

Aunque la reducción del riesgo absoluto es relativamente pequeña (0,002%; número necesario de pacientes a tratar [NNT]: 500). La accesibilidad y la adecuada tolerancia de la vitamina D puede resultar en que se adopte la práctica de la suplementación en población mayor de 50 años con adecuadas reservas para prevenir enfermedades autoinmunes. Es poco probable que un estudio similar, con un tamaño de muestra y con un poder estadístico comparables, se vuelva a llevar a cabo para explorar desenlaces similares en situaciones particulares, enfocándose, por ejemplo, en pacientes con enfermedad autoinmune diagnosticada o en pacientes con deficiencia de vitamina D.

El inicio de la suplementación con vitamina D tendrá que ser una decisión tomada en conjunto entre el paciente y su médico tratante, evaluando la reducción del riesgo esperada, comparando el costo contra el beneficio y considerando las preferencias del paciente. Sin embargo, es remarcable que por primera vez exista evidencia fuerte sobre una intervención sencilla que disminuya el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes.

Temas de interés

¿Son todas las vitaminas D iguales?

https://espanol.medscape.com/verarticulo/5906263

 

La suplementación con calcio y vitamina D en la osteoporosis

https://espanol.medscape.com/verarticulo/5908261