Consejos para volver a la rutina después de vacaciones

Andrea Bohórquez Olaya
Periodista
Comité de Comunicaciones
Asociación de Usuarios Sanitas

Con el inicio de año, llegan de nuevo las peregrinaciones para resarcir los pecados del año anterior. El consumo exacerbado de grasas, carbohidratos, harinas y licores, se convierte en uno de los motivos del viacrucis que muchos empiezan, desde los primeros días del año; como una cruz a cuestas que cada año es más difícil de cargar.

Y quisiéramos pensar además, que ese peregrinaje está marcado únicamente por nuestras malas decisiones alimenticias. Al inicio de cada año, los gastos (acertados o equivocados), en nuestro período vacacional, surten algún efecto. Por ejemplo: si no realizamos una adecuada planeación financiera para las fiestas decembrinas, pero más importante aún para el período posvacacional; podemos vernos expuestos a endeudamientos innecesarios, e incluso el deterioro de nuestro historial crediticio.

En este punto vale la pena preguntarnos; ¿por qué nos cuesta tanto trabajo retornar a nuestra rutina después de vacaciones? Además de la explicación de los desmanes alimenticios y la precariedad de volver a una rutina alimentaria mínimamente decente, sin mencionar el impacto de iniciar un nuevo año financiero; la alteración de nuestros períodos de sueño, se convierte en un detonante de nuestra pereza mental y física para retomar en las actividades académicas, laborales o personales.

Durante las vacaciones no está mal dormir un par de minutos más al iniciar la noche, o al empezar la mañana. El problema real radica en nuestra imposibilidad de mantener unos períodos acordes a nuestra rutina habitual, (durante las vacaciones nos dormimos muy tarde y despertamos también muy tarde). Aunado a lo anterior, sólo hasta el día en que retornamos a nuestras actividades laborales o académicas, pretendemos de manera ingenua, regresar a los períodos de sueño que llevábamos diariamente antes de las vacaciones.

Nuestro cuerpo, por su parte, está lejos de entender que eso de dormir tarde y despertar tarde ya finalizó. Nuestro organismo sigue en ese largo y letárgico sueño, que disminuye de manera importante la productividad en cualquier campo de acción.

¿Qué hacer?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas diarias. En ese sentido, valdría la pena tener en cuenta las siguientes recomendaciones, para minimizar el trauma de volver a vacaciones:

  • Si tomó un viaje estas vacaciones, un par de días antes de regresar, trate de retomar los períodos de sueño habituales, de la manera más parecida al horario en que se va a la cama y se levanta diariamente.

Si a usted le cuesta conciliar el sueño después de tomar una siesta en el día, evítelo.

 

  • La realización de actividad física, puede contribuir en su búsqueda de sueño temprano, después de haber pasado un periodo de tiempo yéndose a la cama tarde.

 

  • Procure no ingerir alimentos ricos en grasas, carbohidratos o harinas en las noches. Tampoco es recomendable la ingesta de grandes cantidades. Tome una cena ligera. Su cuerpo se lo agradecerá.

 

Esto, hará menos traumático el inicio de su jornada laboral o académica al regresar.

 

Finalmente es recomendable realizarse un chequeo médico. Este le permitirá identificar de que manera regresó su cuerpo después de su descanso, pero ante todo poder identificar anticipadamente algunas señales de alerta, de posibles riesgos a la salud, que puede estar padeciendo.

https://www.minsalud.gov.co/Paginas/ventajas-dormir-bien.aspx