Entre la realidad y la ficción de asistir a un spa

Andrea Bohórquez Olaya
Periodista
Comité de Comunicaciones
Asociación de Usuarios Sanitas

En período de vacaciones son múltiples las actividades que podemos desarrollar para modificar temporalmente nuestra rutina diaria. Uno de ellas, es asistir a un spa. Pese a que estos lugares se han convertido en una suerte de cliché de revistas de estética y belleza, estos traen algunos beneficios para la salud física y mental que vale la pena rescatar.

El estrés, como una creciente enfermedad de nuestro tiempo, es el artífice del deterioro de la salud de las personas en muchos aspectos. Desde problemas digestivos, pasando por dolencias musculares, hasta el desarrollo de síntomas adheridos a enfermedades como ansiedad y depresión, encuentran su génesis en el estrés.

Es por ello, que los spas se convierten en una excelente oportunidad, para darle un descanso al cuerpo y a la mente, a través de algunas alternativas naturales no invasivas. Estos lugares centran su atención, en el diseño de experiencias de servicio, basadas en lo sensitivo a través del tacto, el gusto, el olfato y la vista; combinadas con el uso de elementos naturales que van desde piedras volcánicas, aromas agradables hasta música relajante. A través de estos elementos, se construyen escenarios capaces de sacar a la mente y el cuerpo de la rutina y el estrés diario, transportando a las personas a un estado de bienestar y relajación.

No obstante, es importante aclarar hasta dónde llegan las bondades de un spa y cuáles son las posibilidades reales de aportación al mejoramiento de nuestra salud.

En materia muscular por ejemplo, el proceso de relajación puede facilitar la disminución de dolores articulares. También se le atribuyen cualidades en el tratamiento del insomnio, la hidratación de la piel, el retardo en el proceso de envejecimiento e incluso el manejo de la ansiedad.

Sin embargo, estos lugares tampoco deben apreciarse como centros de sanación milagrosa a donde las personas ingresan, y como por arte de magia, se liberan de sus dolencias. Si bien la experiencia sensitiva, puede aportar ostensiblemente al mejoramiento de síntomas de algunas de ellas, es importante no caer en publicidades engañosas, en las que se ofrece a través de la asistencia a estos lugares, una cura sospechosamente definitiva a patologías de columna, rodilla; diabetes, hipertensión, asma, rinitis, entre otras.

Recuerde que enfermedades como éstas, requieren un permanente acompañamiento médico. No basta con la sensación temporal que puede ofrecer un spa. Siempre será necesario el concepto de un profesional de la salud, quien formule los exámenes diagnósticos y la medicación a la que haya lugar, según sea el caso.

La normatividad existente frente al funcionamiento de establecimientos comerciales de belleza, tipifica los spas como centros para el ofrecimiento de servicios de estética facial o corporal. Dice inclusive: Bajo ningún motivo, estos pueden prestar ningún tipo de servicio de salud”.

 Ahora bien, teniendo le panorama un poco más claro de las bondades y ficciones de asistir a un spa, si usted se aventura a vivir la experiencia de asistir a uno de estos lugares, le recomendamos previamente:

  • Verificar que el lugar cuente con la documentación legal pertinente en materia legal y sanitaria.

Tenga presente que la apertura y funcionamiento de cualquier establecimiento de belleza, está reglamentado por la ley 1801 de 2016 mediante el cual se expide el Código Nacional de Policía, así como el decreto 1879 de 2008.

  • Acceder a internet, para consultar opiniones de otros usuarios frente a la calidad del servicio del establecimiento al cual usted desea acceder.
  • Al momento de elegir el lugar y pagar por los servicios que desee tomar, solicite se le explique de manera detallada en qué consiste cada una de las actividades que realizarán durante su estadía en el spa. Esto evitará que usted sea expuesto, no sólo a situaciones incómodas, sino también a procedimientos que puedan poner en riesgo su salud.

Recuerde: en esta materia, como en muchas otras, lo barato le puede salir muy caro.

 

Enlaces adicionales y relacionados:

http://www.saludcapital.gov.co/sitios/SectorBelleza/Paginas/Establecimientos.aspx

http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1801_2016.html