Efectos del cambio climático en la salud humana

Cuidar el ambiente, es cuidar de la vida.

Giovanna De Silvestri Torres
Coordinadora
Comité de Comunicaciones
Asociación de Usuarios Sanitas

Estamos viendo como se transforma drásticamente nuestro entorno, degradándose rápidamente por la contaminación y los cambios ambientales. Sentimos los efectos sobre nuestro cuerpo de manera directa e indirecta por lo que entendemos que impacta nuestra salud. Es hora de implementar procesos efectivos que reduzcan la contaminación y transformar nuestras rutinas para que los cambios se den, a muy corto plazo.

Sesiona esta semana la Asamblea General de la Naciones Unidas con el tema: “Impulsar los esfuerzos multilaterales para la erradicación de la pobreza, la calidad de la educación, la acción contra el cambio climático y la inclusión”. Desde el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas encomendó a 1360 expertos de todo el mundo, la tarea de analizar las consecuencias del cambio climático, sobre los ecosistemas. El informe, listo en el 2005, fue publicado y presentado a la comunidad de naciones con el título “La Evaluación de Ecosistemas del Milenio” (EM). Desde entonces se toma como base para legislar, decidir y gestionar políticas que prevengan un mayor daño al ambiente y para desarrollar las opciones que permiten hacerle frente.

Entre las conclusiones del EM, está que “la actividad humana está ejerciendo una presión tal sobre las funciones naturales de la Tierra que ya no puede darse por seguro que los ecosistemas del planeta vayan a mantener la capacidad de sustentar a las generaciones futuras”. Sin embargo, el informe es claro sobre las posibilidades de reversar algunos cambios y desacelerar otros, si se actúa en conjunto. La meta propuesta en el informe era de 50 años y ya van 13.

Es cierto que hemos desarrollado nuestros estilos de vida realizando actividades que generan una cantidad cada vez más creciente de gases contaminantes, produciendo, utilizando y eliminando productos que no se degradan y por ende se acumulan en la superficie de la tierra o en fondo de los océanos. Todo ello ha provocado grandes desequilibrios en los ecosistemas; los mismos ecosistemas de los cuales dependemos para vivir, pues nos proporcionan los recursos vitales como el aire, el agua y la tierra para las cosechas.

Un ecosistema es la combinación de componentes físicos y biológicos de un entorno. El componente biológico es por supuesto, los seres vivos que forman relaciones complejas entre sí y funcionan interactuando entre ellos y con el ambiente físico. Utilizamos los recursos y servicios que nos dan esos ecosistemas y nos hemos beneficiado de ellos sin “pensar” si eran o no renovables. Desde la disponibilidad del agua y alimentos, hasta el clima, están interactuando continuamente y toda la biodiversidad depende de esa estrecha relación.

La salud humana depende de ello también. Se afecta de manera indirecta, porque los cambios en los servicios de los ecosistemas afectan a los medios de ganarse el sustento, los ingresos y la migración local; y en ocasiones, pueden incluso ocasionar conflictos políticos. Se afecta de manera directa, si los servicios del ecosistema dejan de satisfacer las necesidades sociales y estas a su vez tienen efectos muy amplios en el bienestar y la salud, así como en la disponibilidad y el acceso a los servicios de salud y los medicamentos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es la organización vocera (del sector salud) para enfrentar el “desafío” frente al cambio climático y respalda las acciones relativas a la salud pública, de las naciones que la integran. Ha presentado los resultados de sus estudios sobre las repercusiones del clima en la salud humana y ha concluido que éstas no se distribuirán uniformemente en el mundo: Las poblaciones de los países en desarrollo, en particular los pequeños Estados insulares, las zonas áridas y de alta montaña y las zonas costeras densamente pobladas, se consideran especialmente vulnerables.

En el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2014) se presentan las pruebas del efecto real sobre la salud humana y enuncia una amplia variedad de consecuencias. Por ejemplo, presenta como el cambio de temperatura y del régimen de lluvias influye sobre las enfermedades transmitidas por vectores (paludismo, dengue, etc); como aparecen enfermedades relacionadas con desastres naturales del tipo inundaciones y sequías (por ejemplo malnutrición y diarrea) y como las olas de calor y de frío intensos están relacionadas con mayor número de defunciones.

El cambio climático es una amenaza emergente considerable para la salud pública y modifica la manera en que debemos considerar la protección de las poblaciones vulnerables. La OMS ha determinado cuales son las rutas de intervención a seguir y evalúa y vigila permanentemente su aplicación en cada país. Se muestran en la figura siguiente:

Qué Hacer?
Por ahora, podemos empezar con acciones muy sencillas y fáciles, como éstas: